Marcus Ericsson arrancará en
marzo un nuevo ciclo en su carrera comenzando un proyecto desde cero con la marca italiana de automóviles Alfa Romeo. Luego de un 2017 complicado, debido a la falta de
actualizaciones en su unidad de potencia Ferrari 2016, donde la escudería Sauber
tuvo que centrarse en la aerodinámica para continuar en la tabla. A
Ericsson no le favoreció. Por lo que para este 2018, el joven piloto desea cambiar el panorama aprovechando al
máximo la alianza con Alfa R y
progresar.
"Para ser sincero, el equipo no ha tenido elección,
tuvimos que ir con motores antiguos por diferentes razones. Pienso que no se
esperaban que fuera a ser una gran desventaja, pero cuando escuché las noticias
de que Sauber usaría motores viejos, sabía que no iría bien. Todos podíamos ver
lo que sucedió con Toro Rosso en 2016, por lo que no me sorprende. Intentabas mirarlo por el lado positivo, nos centramos más en el
chasis y así lo hicimos. Pero estaba claro que tendríamos un gran
hándicap. Pero estoy bastante sorprendido con el equipo, la fábrica y la manera
en la que seguimos progresando.” Señaló Marcus.
El sueco comenta que la historia con
Sauber no cambiará de la noche a la
mañana, pero apuesta que vendrán mejoras.
"Toda la gente que ha llegado
en esta temporada y los que llegarán, marcarán la diferencia el año que viene. Frédéric Vasseur ha comenzado a mitad
de 2017 y siempre cuesta tiempo
conseguir el equipo que se quiere. Sauber
tiene un futuro muy emocionante, sobre todo para el inicio de 2018, podemos
dar el paso para estar en mitad de parrilla". Finalizó Ericsson.