El Gran Premio de Austria ha ratificado la preferencia que Red Bull tiene con uno de sus pilotos, Max Verstappen; y es que, luego de la novena carrera del Mundial 2017 de la F1,
el dueño de la escudería austriaca, Dietrich
Mateschitz, ha reconocido que tiene un sueño: que el neerlandés sea el campeón
del mundo más joven en la historia con Red Bull.
Un anhelo contradictorio
para muchos, teniendo en cuenta que lejos de puntear; Max acaba de protagonizar
su 5° abandono de la temporada actual del Gran
Circo, siendo oportuno citar lo que al respecto ha declarado el
multimillonario austriaco:
“Por supuesto que entiendo a
Max. Casi todo lo que puede pasar le ha sucedido esta temporada. Max es único y tiene una fuerte
personalidad, es valiente y carismático, a pesar de su corta edad. Es muy disciplinado, decidido, y su
superación es increíble”.
“El podio de Ricciardo ha
estado bien, una gran carrera, pero ha tenido un fallo en una curva... Lo que me gustaría de verdad es que se acabara ya esta racha tan mala
de Max, aunque también tenía la temperatura del embrague más elevada de los
normal”.
¿Entonces? “Tenemos dos años más para conseguirlo”
ha sentenciado el consultor ejecutivo de Red
Bull con respecto a su meta con Verstappen,
siendo oportuno recordar que tras la oportunidad de convertirse en el debutante más joven en la historia de la F1,
con tan solo 17 años; fue ascendido –en su
segunda temporada en la Categoría Reina- de Toro Rosso a Red Bull.